En defensa de les dones cuidadores

A lo largo de mi vida laboral y, sobre todos en los últimos años de mi carrera dedicados de forma específica a la fisioterapia geriátrica, me he encontrado con comentarios del tipo “ las mujeres aquí trabajan por vocación”.

Quiero explicar que el contexto de estos comentarios es el de “por este motivo pueden aguantarlo todo, porque trabajan por vocación”.

Hay una realidad en el mundo de los cuidados a la gente mayor, en que la mayor parte del personal somos mujeres y esto viene dado por el sistema patriarcal en el que los cuidados de la familia, siguen recayendo en mayor medida en la mujer, por el simple hecho de serlo.

Las mujeres trabajamos en el ámbito de la geriatría y de los cuidados además de por vocación, motivo que tendría que valer para cualquier trabajador, indistintamente de si es hombre o mujer, por una cuestión de necesidad laboral en sí misma. Cosa que tendría que mover también a los hombres y, sin embargo, la proporción es ínfima.

Creo que es necesario una revisión de los convenios de geriatría, porque en sí mismos colocan a los cuidados y a sus principales valedoras, las mujeres, en una situación de menosprecio.

Mejorando los convenios se empodera no solo a los cuidados, sino a las mujeres que somos principal motor en ellos.

 

Eva Lozano
Fisioterapeuta  – CR Montseny